El Demonio Neón-idea que está sucediendo
- Braulio de la Rosa
- Oct 4, 2016
- 3 min read

No sé cual haya sido el propósito del director Nicolas Winding Refn al realizar El Demonio Neón, mis sospechas dicen que involucran un chorro de mota y unas cuantas tachas con su directora de fotografía Natasha Braier.
Entré a la sala casi a oscuras de lo que es la cinta, preparado para recibir lo que fuera. Tenía una vaga idea de que era una cinta engañosa, me habían dicho que tenía tintes de thriller. ¡Qué interesante! Un thriller situado en medio del mundo del modelaje. Estaba listo.
Esto fue lo que transcurrió al ver la cinta.
0 – 10 minutos: ¡Wow! que música y esas imágenes.
10 - 30 minutos: Que buenas actuaciones.
30 – 90 minutos: ¿A dónde quieren llegar?
90 – 117 minutos: ¿A esto llegó?
Prenden las luces: ¿Qué acabo de ver?
El demonio neón nos presenta la historia de Jesse (Elle Fanning) una joven de diecisiete años que se mudó a Los Ángeles para perseguir su sueño de modelaje. En su primera sesión de fotos realizada por Dean (Karl Glusman) conoce a la maquillista Ruby (Jena Malone) quien la lleva a una fiesta donde conoce a las modelos Sarah (Abbey Lee) and Gigi (Bella Heathcote). Poco a poco vemos el asenso de Jesse dentro del mundo donde “la belleza no es todo, es lo único.”

Definitivamente es una película de la cual debemos de hablar. Lo interesante es que da para mucho, aunque quizá no en las áreas que me gustaría haber visto más. No es un análisis crítico de la industria de la moda, ni muestra nueva luz en los problemas y dificultades que enfrentan las modelos en el competido mundo del modelaje. Esa es solo la excusa para plasmar en la pantalla la bellísima cara de Elle Fanning; de hacerla que pose, que volteé a la cámara sorprendida, que camine por la pasarela. Y por esos 117 minutos, no hay mujer más bella que Jesse. Verdaderamente es impecable el trabajo que logran al retratarla, iluminarla, su lenguaje corporal es perfecto. Cada interacción que hace, cualquier movimiento se siente planeado para resaltar al máximo su belleza. Nada es al azar en la ejecución y se nota. Jesse es una obra de arte que permea toda la película y sobran escenas donde resalten esa calidad tan natural de belleza e inocencia.
Jena Malone es otro punto brillante en la cinta, donde nos muestra un lado mucho más mesurado y al mismo tiempo tierno y maternal. Aunque no sea el principal foco de atención, su historia es definitivamente la más interesante, me hubiera encantado que recibiera un poco más el foco de atención para indagar más en su personaje.
La música de Cliff Martinez es increíble al evocar varias sensaciones en conjunto con las imágenes. De hecho, me gusta escribir las reseñas escuchando la música de la película y aún sin la parte visual, es muy buena música pues me hace sentir entre maravilla e incomodidad. Un score que él mismo describe como una “composición electrónica esparcida.” Sé que será la música de fondo de muchos viajes de hongos en el mundo.
Y la gran estrella de la cinta: la fotografía de Natasha Braier. Definitivamente el estilo visual y la cámara tan mesurada y contemplativa que está a lo largo de la cinta hacen que se olviden muchos de los problemas de la trama y nos concentremos en el mero espectáculo. Lo que hace que se eleve la cinta a niveles artísticos, de esos pomposos de contemplación y admiración.

Me hubiera encantado encontrarme con una comedia oscura que hace burla de la seriedad con la que se toma el mundo de la moda, sin embargo lo que encontré es precisamente demasiada seriedad y unos toques de irreverencia.
Unas escenas que verdaderamente no encontré razón de ser y un final que, aunque anunciado, resulta confuso y no completamente satisfactorio. Quizá su duración no es del todo justificable, pero por lo menos me atrapó si no para saber a donde se desarrollaría, por su increíble mezcla de imagen y audio.
¿Qué es El Demonio Neón?
La definición perfecta de estilo sobre sustancia. Eso sí, tiene estilo de sobra. Imágenes que impactan acompañados de un score etéreo que te transmiten una sensación a veces de inquietud, incertidumbre, belleza y disgusto. Actuaciones que caminan entre completa seriedad y parodia, pero buenas. Una excusa de trama que apenas sostiene el viaje visual y sonoro que presenta.
¿Qué no es El Demonio Neón?
Una película.
¿Me gustó?
Definitivamente si.
¿La recomendaría?
No a todos.
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